viernes, 26 de agosto de 2016

Perfeccionismo bajo la lupa

Cuando nos perdemos en el ideal

Todos solemos soñar con un mundo Perfecto: empezando por casa, la cara perfecta, el cuerpo perfecto, el trabajo perfecto, el marido perfecto, los hijos perfectos, la VIDA PERFECTA!!!
La palabra perfecto describe a la cosa, organismo o individuo que reúne el más alto nivel posible de excelencia en relación a los demás elementos de su misma especie o naturaleza.
Si algo es perfecto, no hay posibilidades de hacerlo mejor, ya que no existe nada superior a lo que ya se ha conseguido.

El gran inconveniente es que, como seres pensantes podemos darnos cuenta que la perfección no existe, al menos no en el ser y estar humano.

Bien usada, la energía meticulosa y la auto motivación de una persona con tendencia al perfeccionismo puede llevarla a alcanzar grandes metas y a destacarse.
Bien usada, esa búsqueda de excelencia puede ser un motor.
Pero el perfeccionismo tiene su lado oscuro también. En la intimidad, muchas personas creen  que parte de su éxito en la vida tiene que ver con su tendencia al perfeccionismo.
Y el perfeccionismo puede ser una droga: quien lo prueba, experimenta un éxtasis inicial que lo lleva a accionar sin cesar, y siente la gratificación inmediato que semejante esfuerzo puede proporcionar. Pero igual que un narcótico, su efecto es efímero y, muchas veces, peligroso.
Cuando exageramos una virtud, se suele convertir en un defecto.
Así, esa tendencia a dar lo mejor de nosotros puede transformarse en una enemiga cuando no sabemos dónde está el límite entre excelencia y perfección.
En cuanto cruzamos la frontera, todo cambia. Aquello que nos motivaba a ir por más, luego puede paralizarnos e impedirnos avanzar. Lo que antes nos generaba una sensación de entusiasmo y adrenalina, después tal vez nos produzca vértigo y ansiedad.
En la mentalidad del perfeccionista el error es un fracaso, y a nadie le gusta fracasar…
Por eso, ante la mínima sospecha de no hacerlo bien, prefiere no intentarlo.
Alguien así, se pierde de vivir experiencias nuevas por miedo al ridículo por ejemplo, no se permite probar, intentar fuera de un terreno conocido.
¿Cómo podes saber si el perfeccionismo te está jugando en contra?
1.- Soles establecer metas que no alcanzas
2.- Constantemente competis
3.- Ves los errores como algo terrible
4.- Soles ser testarudo/a, creyendo que hay una manera de hacer las cosas
5.- Soles ser muy autocrítico/a
6.- Soles dudar constantemente de tus habilidades

Este tipo de perfeccionismo puede ser el peor enemigo de la autoestima.
Es algo bastante lógico de comprender: la perfección no existe, por lo tanto buscarla es un camino hacia la infelicidad garantizado.
Te invito a que te mires a vos y a tus actos ¿te perdes de disfrutar situaciones buscando la perfección de todo, retrasas tomas de decisiones esperando el momento perfecto?
Camina tu camino sabiendo que cada paso es avance, más allá de que ese paso te lleve a lugares que no querías llegar, todo, cada instante, trae consigo aprendizaje, sobre todo, esos que llamamos errores...Está en vos poder verlo de otra manera.

Buen viaje!


Fuentes: Desafiando Imposibles, Verónica de Andrés, Florencia Andrés, 2013, Ed. Planeta http://definicion.de/perfecto/#ixzz4INid0DOq


jueves, 18 de agosto de 2016

Mensajes Negativos

¿Qué hacer cuando recibimos críticas sobre nuestro accionar?

Todos y cada uno de nosotros recibimos críticas por lo que decimos o hacemos en algún momento de nuestras vidas, y lamentablemente solemos recordar más esos mensajes negativos, que las alabanzas a nuestra persona.
Y de seguro, esto sucede, porque al escuchar esos mensajes, se dispara en nuestro interior una catarata de sensaciones, sentimientos, y emociones que nos predisponen a actuar de determinada manera.

Es importante saber que, lo que hacen los otros puede ser un estímulo de nuestros sentimientos, pero no la causa.

En su libro, Comunicación No Violenta, el Dr. Marshall B. Rosenberg, explica que nuestros sentimientos son el resultado de cómo elegimos tomarnos lo que dicen y hacen los demás, y también nuestras necesidades y expectativas particulares de ese momento.

Pero, ¿qué pasa cuando nos reclaman por lo que dijimos o hicimos?

Según el Dr. Rosenberg, cuando alguien nos transmite un mensaje negativo, sea verbal o no verbal, tenemos cuatro opciones con respecto a la manera de recibirlo.

La primera es culparnos: lo tomamos de forma personal, y sólo escuchamos acusaciones y críticas. “Sos la persona más egoísta que conocí en mi vida”, si nos tomamos el mensaje de manera personal podríamos reaccionar diciendo: “Sí, debería ser más sensible con los demás”, aceptamos el punto de vista del otro y nos sentimos culpables, avergonzados y deprimidos.

La segunda opción es echarle la culpa a nuestro interlocutor, en respuesta al ejemplo anterior, podríamos protestar diciendo: “No tenés derecho a decirme eso, vos sos el egoísta”, al tomarnos la situación así, lo más probable es que sintamos rabia.

La tercera respuesta sería percibir nuestros propios sentimientos y necesidades. Podríamos responder: “Cuando me decís que soy la persona más egoísta que conociste en tu vida, me siento herida, porque yo quisiera que reconocieras los esfuerzos que hago para tener en cuenta tus preferencias”. Al centrar la atención en nuestros sentimientos y necesidades, tomamos conciencia de que sentirnos heridos en esta circunstancia deriva de nuestra necesidad de que se reconozcan los esfuerzos que hacemos.

Cuando recibimos un mensaje negativo, tenemos, finalmente, una cuarta opción, que consiste en percibir los sentimientos y necesidades de la otra persona en ese momento según ella misma los expresa. Podríamos preguntarle, por ejemplo: “¿Te sentís herido porque necesitás que se tomen en cuenta tus preferencias?

He aquí cuatro caminos que se pueden seguir frente a una crítica hacia nuestra persona, cada uno resulta en un desenlace diferente, seguramente vos, como yo, has pasado por alguna de ella o tal vez por todas.
El caso, es saber utilizar esta información para ser responsables en nuestro accionar: es decir, responder con habilidad en cada caso y así lograr eso que tanto deseamos: llevarnos mejor con determinada persona, comunicarnos eficientemente, mejorar el clima en el hogar y en el trabajo, y tantos otros beneficios que trae aparejado un cambio de postura.

Esto es todo por ahora, y como siempre les deseo:


¡Buen Viaje!


jueves, 11 de agosto de 2016

Perseverancia

El arte de intentar una y otra vez

“La genialidad es 1% inspiración y 99% transpiración”
Esta frase la decía Thomas Edison después de haber hecho más de cinco mil intentos para conseguir encender una lamparita eléctrica.

Perseverar, según la Real Academia Española es: mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión.

Para mí, es el arte de intentar de diversas maneras y por diferentes caminos llegar a un objetivo.
Tiene que ver con una fuerza que nos empuja hacia delante; que aunque tropecemos una y otra vez, no nos reste persistencia y motivación.

Se me ocurren muchas maneras de nombrar las cualidades y beneficios de ser perseverante, pero nada más grafico que detenerse a pensar en esos logros que tanto nos han costado alcanzar: horas, días, meses y quizás años de desvelo, creando nuevas maneras de equivocarnos.

Sólo podemos ver el valor de perseverar cuando hemos caído una y mil veces, sin detenernos, y, al final, podemos declarar: “lo logré”.
Rendir exámenes, conseguir un título, conquistar el corazón de la persona amada, un nuevo empleo, un ascenso; todo conlleva trabajo.
Si fue fácil, no le daremos mayor importancia, pero si nos costó, seguramente plasmaremos a fuego,  en nuestra mente, cada instante del proceso.

Y ahí es donde esa palabrita se convierte en un valor para nosotros.

Considero que sólo puede ser perseverante quien realmente tiene en claro lo que quiere, quien desea desde el corazón. Ese deseo es el que hace que nos movamos.
Muchas veces vamos por la vida en automático y no conocemos ni recorremos la perseverancia en su extensión.

En la vida, no todo sale cuándo y cómo lo esperábamos, la vida nos sorprende. Por eso hay que estar preparado.
La inspiración existe, decía Picasso: pero te tiene que encontrar trabajando.

Personalmente, creo que vale la pena cada instante de esfuerzo, el sabor de la victoria es otro, es único.
El orgullo, la confianza, el respeto, la gratitud, son virtudes que crecen y te hacen crecer.
La frutilla de la torta, sin lugar a dudas, EL APRENDIZAJE.

Te invito a que indagues tu experiencia y evalúes: ¿cual es tu relación con la perseverancia?, y ¿cuáles son las experiencias y las anécdotas que surgen al pensar en esto?

Todo empieza con el primer paso…


Buen viaje!

"Practicar mucho algo, no es lo que hacés una vez que sos excelente en algo. Es lo que hace que seas excelente en algo"