Pareciera
que socialmente está mal visto decir que no: suena a una falta de educación, poca consideración con los demás, una actitud egoísta, poco solidario….y cuántas más etiquetas?
Es decir que,
¿lo que se espera de vos es que digas siempre que si?????
Y el tema ya no radica tanto en decir siempre que sí, sino hacerlo cuando en realidad lo que
deseamos desde lo profundo del alma, es decir que “no”.
¿Y por
qué no lo hacemos?
Una de
la razones es el miedo.
Miedo a ser calificados negativamente, a ser
rechazados, la necesidad de querer agradar a todos todo el tiempo, la falta de seguridad en nosotros mismos…
Otra razón suele ser el sentimiento de culpa.
Tenemos instaladas creencias negativas que hacen que actuemos de cierta manera:
Voy a perder oportunidades, tal vez luego
necesite de ellos.
Van a pensar que soy un/a egoísta, y yo
quiero ayudar
Van a pensar que no soy capaz, quiero
demostrar que puedo eso y más
Para empezar a poner límites necesito revisar mis prioridades y mis necesidades, esa es la base
de la buena autoestima. Preguntarme qué quiero, para qué hago lo que hago, cuáles son mis valores in negociables.
A
partir de reflexionar esto, puedo auto afirmarme y poner limites sanamente en mis
relaciones.
Una vez
que logramos “cuidarnos” será más fluido decir SI, cuando querés decir si, y NO, cuando querés decir no.
Sin ser
cortante,ni agresivo, uno puede expresar su decisión con firmeza pero suavemente.
Con
esta decisión te concedes a vos mismo/a mas tiempo para hacer lo que te gusta,
estar más enfocado/a, acumular menos estrés y, te vas a sentír bien porque sos coherente entre lo
que pensás, decís y hacés!
Buen viaje!
Buen viaje!